“Aunque estaba cantado, no deja de ser intolerable y deleznable el caso de transfuguismo político al que estamos asistiendo en Sant Joan d’Alacant. Con esta desvergüenza política se cierra el capítulo (posiblemente no la temporada) del tejemaneje oscuro y sucio fabricado por el PP en la Diputación Provincial, con la cooperación necesaria del actual alcalde, Santiago Román, una persona que, con sus reiterados cambios de partido, demuestra que está en política no para servir a la ciudadanía sino para servirse de ella y mantenerse en el poder”.

Así ha valorado la coalición electoral Podem-Esquerra Unida de Sant Joan d’Alacant el abandono de Santiago Román del partido con el que concurrió a las elecciones de 2019, Ciudadanos, para presentarse a los comicios del próximo 28 de mayo con otra formación política, el PP.

 
Para Claudia Sterrantino, cabeza de lista de la coalición de izquierdas, “este caso, se vista como se vista, es un nuevo intento de tomadura de pelo a la ciudadanía, una indignidad más de las que influyen en que la gente no crea en la política, de la grave desafección de la ciudadanía con la clase política”.  “¿Qué mensaje se ofrece a la sociedad aprovechándose del transfuguismo?, ¿que nuestra democracia está en venta?, ¿que da igual lo que vote la ciudadanía que luego ya se amañará?”. Según la actual concejala de Podem, las respuestas a estas preguntas son las que debería hacerse la ciudadanía a la hora de dar su confianza a un partido en las urnas, puesto que “queda más que probado que no todas las personas que nos dedicamos a la política somos iguales”. “Pero estas consideraciones no se quedan ahí, nos preguntamos ¿qué papel e interés tiene el PP y su líder Manolo Aracil gobernando con cuatro tránsfugas? La duda se despejará en las próximas listas, en las que se reflejarán los verdaderos intereses”.

Jorge Alzamora, número dos de la lista Podem-Esquerra Unida, ha declarado que “la ciudadanía de Sant Joan no se merece este espectáculo de degradación política y menos aún en un momento tan complicado como el presente, donde atender a lo colectivo es esencial para salir adelante y mejorar socialmente.  Sin dignidad en la política, sin valores democráticos, jamás tendremos una democracia que esté a la altura de la ciudadanía. Cuando un representante público abandona la disciplina del partido que lo presentó a las elecciones usurpa la voluntad de los ciudadanos y omite la rendición de cuentas en las siguientes elecciones. Y esto, en el caso de nuestro pueblo, tiene nombres y apellidos: los del alcalde, los del Partido Popular que les arropan y los del resto de concejales que han abandonado el barco antes de que se hunda”.